lunes, 13 de diciembre de 2010

La savia de la pintura

El artista Severiano Monge reúne hasta el 23 de diciembre en el Consulado del Mar treinta paisajes urbanos en los que combina diferentes técnicas que ofrecen distintas lecturas

En los cuadros del pintor sobresale el gris, un color «que conjuga de forma agradable con el resto».

Luis López Araico
I.L.H. / Burgos
Se reconoce un «principiante» en esto de la pintura a pesar de que han pasado más de diez años desde su primera exposición. Nunca termina de aprender, ¡ni quiere hacerlo!, porque para Severiano Monge los cuadros suponen la pasión que le mantiene alerta, la motivación con la que desayuna cada mañana y la savia que le sostiene. Por eso disfruta mezclando técnicas, manchándose las manos con cada pincelada y recorriendo los certámenes de pintura al aire libre que convocan en media España.
Algunas de esas obras, realizadas en las escasas horas que requiere un concurso, están expuestas en la sala del Consulado del Mar junto a otras que vieron reposada su elaboración. Sin embargo, como lo que prima en la obra de Severiano Monge Ormaechea (1962) es la pasión impulsiva de su creatividad, el espectador deberá deducir cuáles son unas y cuáles otras porque en todas está latente el esfuerzo por conmover.
En las treinta obras de gran formato que el artista ha colgado en la sala del Espolón predominan las escenas de paisajes urbanos que sorprenden por sus varias lecturas. No es solo la lluvia en una plaza, el remanso de la catedral, el reflejo tras la ventana, las luces nocturnas, la calle llena de gente, lo que se visiona tras una persiana o peregrinos descansando en un templete. En los lienzos de Monge hay trazos de periódicos que anuncian crisis, el ciclo de la vida en la estampa de un pueblo, emulsiones que marcan la templanza del paso del tiempo o el espejo donde nos reflejamos. Hay ilusión por la sorpresa, pasión por el trabajo y modestia por transmitir.
«La gente que estudia Bellas Artes sabe cómo llegar al cinco sumando tres y dos; en mí caso, como soy pintor autodidacta, a veces lo consigo restando uno al seis. Por eso mezclo veladuras y collage, acrílicos con óleo, raspaduras, brochazos diferentes, emulsiones pictóricas... Trato de seguir aprendiendo, jugar con los efectos de la pintura figurativa y disfrutar».
Aunque con una paleta diversa, en sus obras predomina el tono gris, «un color muy agradable que conjuga sin chillar con todos los tonos y que refuerza las escenas», asegura Monge, que ha puesto un pequeño marco de ese color en todas sus obras.
La muestra puede visitarse hasta el 23 de diciembre (de martes a viernes 19 a 21 horas; sábados de 12 a 14 y de 19 a 21, y domingos y festivos por la mañana).

diariodeburgos.es


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