I.M.L. / Aranda - domingo, 19 de octubre de 2014
El arte tomó ayer las calles de la capital ribereña, de la mano de la décimo quinta edición del Certamen de Pintura Rápida 'Villa de Aranda'. La benigna meteorología que se registró ayer hizo que los artistas, un total de 23 inscritos, compartiesen el espacio elegido para realizar su obra con un sinfín de turistas, atraídos por la exposición de Las Edades del Hombre, y con los propios vecinos.
En esta edición, el número de participantes se mantuvo en la línea de años anteriores, confirmando así que esta cita con el arte en la calle ya ha encontrado su hueco en el calendario de los asiduos a este tipo de concursos. La procedencia de los que sellaron su lienzo en blanco fue de lo más diversa. Además de los castellanos y leoneses, de provincias como Valladolid, Segovia, León y el propio Burgos, también hubo artistas madrileños, asturianos, zaragozanos y vascos, a los que se sumaron diez pintores locales.
El jurado, compuesto por Daniel Manfredi, profesor de la Escuela Municipal de Cerámica y Oficios Artísticos, Carmelo de la Fuente, creador del Arte Fontino, Beatriz Rodríguez, profesora de Arte, y Laura Salinero, integrante de la Agrupación Ribereña de Artistas (ARA), presidido por la concejala de Cultura del Ayuntamiento arandino, Celia Bombín, tuvo que poner todo de su parte para escoger las obras que merecían alzarse con los premios. Al final, entre todos los artistas, se decantaron por Severiano Monge como mejor pintor local, que presentó una personal visión de la fachada de Santa María muy habitual en estos meses, ya que reflejó las colas para entrar a ver Eucharistia e, incluso, utilizó elementos gráficos de la exposición para incluirlos a modo de collage.
El segundo premio fue a parar a Raúl Sánchez, de Navas de Oro (Segovia) que presentó una panorámica de cómo se ve Aranda desde la lejanía, recortados en el horizonte los edificios más singulares, como las torres de las iglesias. El vencedor de esta edición fue José Luis Resino, un madrileño que ya había logrado un segundo puesto en esta cita pictórica y que eligió la tranquilidad de la ribera del río Bañuelos para deleitarse con sus múltiples verdes y marrones y plasmarlos en su obra.
En esta edición, el número de participantes se mantuvo en la línea de años anteriores, confirmando así que esta cita con el arte en la calle ya ha encontrado su hueco en el calendario de los asiduos a este tipo de concursos. La procedencia de los que sellaron su lienzo en blanco fue de lo más diversa. Además de los castellanos y leoneses, de provincias como Valladolid, Segovia, León y el propio Burgos, también hubo artistas madrileños, asturianos, zaragozanos y vascos, a los que se sumaron diez pintores locales.
El jurado, compuesto por Daniel Manfredi, profesor de la Escuela Municipal de Cerámica y Oficios Artísticos, Carmelo de la Fuente, creador del Arte Fontino, Beatriz Rodríguez, profesora de Arte, y Laura Salinero, integrante de la Agrupación Ribereña de Artistas (ARA), presidido por la concejala de Cultura del Ayuntamiento arandino, Celia Bombín, tuvo que poner todo de su parte para escoger las obras que merecían alzarse con los premios. Al final, entre todos los artistas, se decantaron por Severiano Monge como mejor pintor local, que presentó una personal visión de la fachada de Santa María muy habitual en estos meses, ya que reflejó las colas para entrar a ver Eucharistia e, incluso, utilizó elementos gráficos de la exposición para incluirlos a modo de collage.
El segundo premio fue a parar a Raúl Sánchez, de Navas de Oro (Segovia) que presentó una panorámica de cómo se ve Aranda desde la lejanía, recortados en el horizonte los edificios más singulares, como las torres de las iglesias. El vencedor de esta edición fue José Luis Resino, un madrileño que ya había logrado un segundo puesto en esta cita pictórica y que eligió la tranquilidad de la ribera del río Bañuelos para deleitarse con sus múltiples verdes y marrones y plasmarlos en su obra.
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